Luis Enrique siempre le gustó navegar, pero claro, el coste es elevado y la mayoría de las veces tenía que aplazar sus planes a la espera de una paga extra o algún ingreso inesperado para poder disfrutar del mar. Cansado de que el dinero limitara una de sus mayores pasiones se puso manos a la obra en busca de planes baratos y dio con una web que ponía en contacto a propietarios de barcos con usuarios para compartir viaje. Es decir, una especie de Bla Bla Car, pero en el mar. La plataforma en cuestión se llama Sailwiz y ya cuenta con más de 3.000 inscritos. «Es una gozada, te ahorras costes y además conoces gente. Lo primero que busqué fue a algún patrón que hiciera una escapada por levante, al final nos apuntamos a una que salía de Cabo de Gata, fue increíble. Nos salió a 60 euros por cabeza.
Si hubiéramos alquilado un barco, como he hecho en otras ocasiones, habríamos pagado 400 euros, así que echa la cuenta para ver si sale rentable», dice orgulloso este tinerfeño de 36 años. El proceso es tan sencillo como el de Bla Bla Car o el de Airbnb. Te registras, «bicheas» qué viaje te interesa más, reservas tu plaza, te pones en contacto con el patrón, que te dice lugar y hora de recogida, y listo. «El viaje, que era de fin de semana haciendo noche en el barco, lo contratamos en total ocho personas. No nos conocíamos e hicimos muy buenas migas, tengo claro que repetiré pronto», asegura. Aina Mesquida también lo ha probado este año por primera vez, en su caso para recorrer Formentera y acceder a la fabulosa Espalmador, que hizo las delicias de Paz Vega en «Lucía y el sexo». «Alquilar un barco entero en verano y en Formentera es un despropósito, los precios son muy elevados, está saturado y no merece la pena. Así que descubrí esta opción y a mí y a mis amigas nos enamoró. Además fuimos las tres solas en un barco con capacidad para 15 personas porque ese día no se apuntó nadie más. Vamos, una gozada», subraya esta mallorquina de 36 años. «Me sentí como si el barco fuera mío. El patrón, un italiano encantador, también nos hizo la comida a bordo. Preparó pasta para todas y para mí, que no la puedo comer, me hizo tortilla de patata con ensalada.
Normalmente la ruta está cerrada en función de lo que hayas contratado, pero en nuestro caso, como no había más personas, el patrón nos preguntó si queríamos hacer algo especial y así lo hizo», confiesa esta dentista, que ya está pensando en su próximo viaje compartido. «He visto que en la web también ofertan destinos internacionales como Tailandia. Una vez que lo he probado y he visto que funciona bien, creo que me lanzaré a hacer una escapada de más días», afirma.
Sailwiz, esta web que ha resuelto los quebraderos de cabeza de los amantes del mar, surgió como un proyecto académico de tres alumnos del Executive MBA de Esade de Madrid. Tres amigos, Álvaro, Emilia y Luis Enrique, que compartían su pasión por el mar y la navegación, y su intención era romper las barreras tradicionales del acceso al mundo naútico. «Es la solución perfecta para la gente que quiere hacer turismo náutico y no sabe navegar, no quiere comprarse un barco y prefiere no tener que organizar un grupo de tripulantes y una travesía entera», asegura Álvaro, CEO de la empresa. Comenzaron a funcionar hace 13 meses y ha sido un éxito total desde que realizaron la primera «venta» en 2017. Hasta este verano ya suman más de 400 clientes. «A los usuarios que reservan las plazas y barcos en Sailwiz no se les aplica ninguna comisión. Los patrones o propietarios de barco pagan un 20% sobre el precio que publican en la web por cada reserva que se realiza. El alta y la publicación de sus experiencias es totalmente gratuita, solo pagan si hay reservas», apunta el director de Sailwiz, que en este momento tiene un volumen de oferta de 10.000 plazas disponibles. «Hay algunas empresas similares en Italia, Reino Unido y Estados Unidos, pero no en España. Es un concepto que está creciendo mucho gracias a la popularización de la economía colaborativa», añade Álvaro.
Alberto está en este momento junto a su esposa haciendo una ruta por Ibiza y Formentera. Siete días. Después de su buena experiencia el año pasado en una escapada «acuática» por Gerona de un día, este verano quiso repetir, pero más tiempo. «Me metí en la web, vi las opciones por Baleares y ésta me gustó mucho. No es una excursión al uso como muchos pueden pensar. Mi mujer y yo somos de sol y playa y nunca habíamos montado en barco porque era inaccesible, así que esto nos ha dado la vida», comenta este madrileño de 24 años profesional de las finanzas. ¿El precio final? 300 euros por persona por una semana en alta mar. Duermen en camarotes y para las comidas y cenas hay dos opciones: o lo hacen en el barco con alimentos que hayan comprado antes de embarcar o bien lo hacen en tierra. «Al principio nos daba un poco de cosa eso de compartir barco con gente que no conoces, pero luego la verdad es que el ambiente que se genera es estupendo.
Además, yo soy usuario de Bla Bla Car y al ver que esto era lo mismo pero en el mar no lo dudé», reconoce. Eso sí, antes de contratar el viaje Alberto siempre analiza la seguridad. En la web de Sailwiz cada patrón tiene una puntuación que han realizado anteriores usuarios. Una segunda criba que viene después de que los responsables de la aplicación hayan realizado la suya comprobando la profesionalidad y licencias de las personas que ponen su barco a disposición de otros. En definitiva a los usuarios les interesa porque es una opción «low cost» de navegar y a los que alquilan plazas en sus barcos les sale redondo porque ahorran en costes (mantenimiento, carburante…).
«Hay gente que además te deja que lleves el barco, yo sinceramente no lo hago porque soy más de tomar el sol y chiringuito….», dice el madrileño entre risas. Esta opción, la de poder tripular el navío en cuestión, es otra de las posibilidades que se facilita a los clientes, aunque es verdad que no todos los patrones o propietarios de barco lo permiten. Carlos sí lo hace. Es más, él ofrece clases de vela al tiempo que se realiza la ruta contratada por la web. «Yo vengo del mundo de la enseñanza y el mar es mi pasión. Me di cuenta de que la gente se saca el título de patrón de yate, pero cuando se les pone delante un barco de vela no tienen ni idea. Yo llevo ya 20 años de profesor», dice orgulloso mientras ultima los detalles de su próxima salida, que será de cinco días por Baleares.